OPINIÓN | La naturaleza de un villano según Mary Shelley


Hace varios meses, ya fuera por aburrimiento o por curiosidad, terminé apuntándome a un diplomado sobre Literatura Gótica; y uno de los temas sobre los que conversamos largamente en clase fue el trabajo de Mary Shelley. Esa discusión no tardó en traer a la mesa un debate más, uno en el que reflexionamos sobre la naturaleza de los villanos. 

De eso quise comentar contigo hoy. Pero antes vamos a hacer un poco de historia...


El nacimiento de Frankenstein.

Frankenstein, o "El Moderno Prometeo" se publicó por primera vez el 11 de marzo de 1818. A este libro de Mary Wollstonecraft Shelley (de 21 años) se suele considerar la primera novela de ciencia ficción. Se dice que Mary Shelley escribió la historia en una tarde lluviosa de 1816 en Ginebra, donde se hospedaba con su esposo, el poeta Percy Shelley, y su amigo Lord Byron. 

Se dice que Byron había desafiado a sus acompañantes a escribir una historia gótica, pero solo Mary completó la suya. 

Se trata de una novela epistolar e la que se cuenta la historia del científico Victor Frankenstein, quien construye y anima una criatura a partir de partes de cadáveres. Esta criatura, descrita como inteligente y de naturaleza gentil, es enorme y espantosa a la vista. Es rechazado por su creador y deambula por el campo en busca de compañía; volviéndose cada vez más brutal cuando no logra encontrar pareja.

En la cultura poopular hay muchísimas referencias a Frankenstein, y éstas van desde la comedia televisiva The Munsters (que yo solía ver cuando era niña y que recuerdo con nostalgia), el personaje animado en las películas Hotel Transilvania, y hasta un cereal con el nombre Frankenberry. Sin embargo, el libro es mucho más que Pop Fiction. La historia aborda temas filosóficos y también desafía los ideales románticos sobre la belleza y la bondad de la naturaleza. 


El monstruo de Shelley 

Cuando lees la historia por primera vez te das cuenta de una cosa, y es que su creador (Victor Frankenstein) y por lo tanto, la propia Mary Shelley, no le da un nombre al monstruo. Se le llama de diferentes formas a lo largo de la novela: criatura, monstruo, demonio, miserable o simplemente eso. Cuando Frankenstein habla con su criatura, se refiere a ella como un "insecto vil", "monstruo horrendo", "diablo miserable"... 

Años después, durante una narración de Frankenstein, Mary Shelley llamó a la criatura "Adam". Por supuesto, ella se refería al primer hombre de Génesis en el Edén, al que también hace referencia en el epígrafe de su novela:

"¿Te pedí acaso, ¡oh creador!, que me transformaras en hombre? ¿He solicitado que me sacaras de las tinieblas o que me colocaras en este delicioso jardín?"

John Milton, Paradise Lost (X.743–5)


En retrospectiva, creo que este guiño a la obra de Milton nos permite poner un poco de perspectiva sobre las figuras tradicionales de héroes y villanos en la ficción. El autor de Paradise Lost, por ejemplo, le concede características heróicas al "villano por excelencia" (Satán), a la vez que retrata a Dios como un narcisista incapaz de aceptar ideas contrarias o críticas, y que además mueve a todas las criaturas de la creación como peones en un juego de ajedrez. 

Así que... Si el monstruo es Adam en este escenario, ¿Victor Frankenstein interpreta el papel de Dios? Y si es así, ¿quién sería el villano en esta historia?


Un villano ¿nace o se hace?

El dar vida a una criatura hecha de partes de cadáveres, para Victor Frankenstein, parecía una tarea imposible. Sin embargo logró hacerlo, y desde el momento en que este nuevo ser cobró consciencia se estableció una dinámica de poder entre Victor y su monstruo. 

El hombre estableció su superioridad sobre la criatura. Él era el maestro, el creador ... ¿el padre? 

Sí, Victor tenía la responsabilidad de modelar a esta criatura. No solo su apariencia, sino también su carácter y su comportamiento, como si fuera un niño pequeño. Pero en lugar de mostrar bondad y paciencia (o al menos una pequeña dosis de eso) como cualquier padre, él muestra rechazo. Y miedo.

Victor tiene miedo porque la criatura no se parecía a ninguna otra persona, porque era diferente... (y sí, ya me parece que he visto eso en la vida real, y en tiempos modernos), pero la criatura no era más que un recipiente vacío, listo para ser llenado. 

Entonces la criatura comprendió que el miedo es el único sentimiento que es capaz de inspirar.

“Recuerda que tengo poder; te crees miserable, pero puedo hacerte tan miserable que la luz del día te resultará odiosa ".

Y el miedo le concedió a esta criatura su poder: el poder de dominar y herir. Como cuando le dijo a Víctor: "Tú eres mi creador, pero yo soy tu maestro; ¡obedece!" rompiendo así con la sumisión que se esperaba de él; tal y como sucede cuando algunos jóvenes, que dejan a sus padres después de una una pelea, con la intención de demostrar su valía y ganarse la vida por sí mismos. Pues, a pesar de que Victor nunca trató a la criatura como a un hijo, es posible que este ser sí lo considerara una figura paterna.

“¿Encontrará cada hombre”, gritó, “una esposa para su seno, y cada bestia tendrá su compañera, y yo estaré solo? Tenía sentimientos de afecto, y fueron correspondidos por el desprecio y el desprecio ".

Ahora estarás pensando: "ajá, la criatura encontró eso que le da poder sobre su creador. Ahora tiene un arma," y estarías en lo cierto. Pero incluso cuando la criatura sostiene su poder con ambas manos, también le muestra su debilidad a a Victor: su soledad, su necesidad de compañía y amor. 

Después de todo, tenía un corazón tierno. Un corazón que fue roto por la persona que se suponía que debía cuidarlo. Con esas palabras está mostrando que su maldad no proviene de la naturaleza, sino de la crianza.


La naturaleza de un villano

Uno de los momentos más esperados en la ficción, especialmente en la Literatura Gótica, es la revelación del villano; y es casi un cliché darse cuenta que siempre estuvo "oculto a plena vista". En Frankenstein, particularmente, resulta un proceso bastante emocionante pues, como dije al inicio de la entrada, se trata de una novela epistolar. Eso significa que la historia se cuenta a través de cartas, específicamente de cartas escritas por Robert Walton dirigidas a a su hermana.

Mary Shelley usa la forma epistolar en Frankenstein como un "dispositivo de encuadre". La historia se cuenta a través de las cartas de un capitán de barco y explorador científico que intenta llegar al Polo Norte, se encuentra con Victor Frankenstein y hace un registro de su historia y confesiones. Y la historia de Victor Frankenstein, a su vez, contiene la historia de la criatura; y más adelante conocemos "la voz" de esta criatura contando la historia de una familia con la que ha vivido.

Ahora seguramente te estarás imaginando a esta novela como si fuera una matrioska. Una historia dentro de otra historia, dentro de otra historia, y así.

El detalle es que cuando conocemos una historia, lo hacemos a través de los ojos de otra persona; y la percepción de quien relata la historia, en este caso Robert Walton, tiende a colorear un poco el cuento. 

Cuando Robert conoce a Victor, según sus cartas, lo percibe como un hombre débil y su instinto protector entra en juego casi de inmediato. Entonces forma un vínculo con él, mientras que progresivamente va conociendo su historia. Los momentos tristes, los momentos excitantes, el drama que ha rodeado su vida, la tragedia...

Las cartas estaban servidas para que Robert considerara a Victor Frankenstein una víctima. Sin embargo, cuando la historia progresa esos sentimientos son puestos a prueba. 

Pero no es el propósito de la historia que Robert Walton juzgara a la criatura, o que Victor lo hiciera. Hay una intención más profunda en la obra de Shelley, una que quizás viene dada por lo trágica que fue su propia vida. Su obra no será un manifiesto feminista, como la de su madre (Mary Wollstonecraft), pero es rica en conceptos filosóficos y morales, sin perder de vista la atmósfera y el romanticismo de la literatura gótica. Te permite explorar, mientras lees, los conceptos propios de bondad y maldad, y cómo tus palabras y actos afectan, destruyen (o edifican) a los demás. Mary Shelley nos muestra a un mostruo capaz de muchos actos viles, construido pieza por pieza, palabra por palabra, y aún así dista mucho de ser el verdadero villano de esta historia. O al menos esa es mi opinión. 

Me encantaría leer qué opinas al respecto.

Y si conoces otra historia con temática similar, no dudes en dejarme saber en los comentarios.

Comentarios

  1. Me gustó mucho el análisis que haces de la obra y tu forma de contar la historia. Gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre he tenido una fascinación un poco rara con este tipo de libros xD jajaja y disfruto mucho al poder compartir detallitos así ;)

      Eliminar

Publicar un comentario