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Algunos autores
crean herramientas para planificar y monitorear hasta el más mínimo detalle de
su trama, mientras que otros prefieren ser sorprendidos por los eventos y las
acciones de sus personajes. ¿Qué significa eso? Que no existe una sola forma
para desarrollar una idea o para escribir una novela, y que lo único que te
separa de convertir esa idea tuya en un libro es encontrar el método que
funcione mejor para ti y tu historia.
Esto va sobre métodos para estructurar tu novela:
Existen montones
de manuales y cursos en línea, libros con normas y expectativas basadas en lo
que ha funcionado para otros, y si bien pudiéramos pensar que “si funcionó para un best seller, entonces
puede funcionar para mí”, también es posible que terminemos atacándonos con
sentimientos negativos si estos supuestos procedimientos infalibles no
funcionan para nosotros.
¿Cómo sé eso?
Pues, porque yo he estado en ese lugar, probando métodos y viendo como
fallaban, y sintiéndome una impostora cada tanto porque no lograba concretar
esa idea (y esta terminaba escapándose de mí).
Ahora bien, voy
a compartir contigo alguna de esas cosas que he probado, y que podrían
funcionar para ti. O tal vez no, pero al menos te darán una visión más amplia
de elementos que pueden combinarse hasta conseguir una estrategia propia, y más
importante EFECTIVA.
- Escribir una novela siguiendo los pasos del héroe:
Este método es
muy popular especialmente en historias juveniles, de misterio, horror y
fantasía, aunque no funciona exclusivamente en esos nichos. Según el camino del héroe podemos dividir la
estructura de una novela en 3 actos, y ya sea que la narración sea en primera o
tercera persona, el hilo conductor será el personaje central.
En el Primer Acto debemos
crear una introducción al mundo del
protagonista, quién es él, cómo y dónde vive. Una vez que tenemos toda esa
información sucede el primer llamado a la
acción en donde presumiblemente el héroe será arrancado de su mundo, de su
normalidad, y será forzado a tomar decisiones por sí mismo. En este punto se
busca empatizar al lector con el personaje a través del proceso de toma de
decisiones, alentando (pero no obligando) a que sean decisiones con las que el
lector puede sentirse identificado, o al menos respetar. Entonces el héroe debe
atravesar el umbral y enfrentar lo
desconocido, cometiendo errores o sintiendo el peligro por primera vez (sea
cual fuere su naturaleza) que tendrán al lector preguntándose si el héroe
logrará salir del problema o no. ¿Qué tenemos allí? Tensión, incertidumbre…
emoción. Y eso es algo que no debe faltar en tu novela.
En el segundo acto los
lectores querrán ver un personaje que pueda convertirse en un verdadero héroe,
alguien que puede superar los obstáculos, pero no tiene por qué hacerlo solo. Es
muy popular en la ficción la existencia de personajes que cumplan el rol de mentores o maestros que ayuden al héroe
en su proceso de convertirse en tal. Entretanto va creciendo la tensión, y se
va fraguando el primer desafío, que
ese momento en que va a enfrentarse por primera vez al villano, o a uno de sus
secuaces. Otro elemento con el que somos invitados a jugar en este segundo acto
es la tentación, que te permitirá
añadir o explotar la profundidad de tu personaje mientras encuentra la fuerza
para resistirla. Y mientras nos acercamos al clímax del libro, el personaje
central será empujado nuevamente a un momento
oscuro que lo empuje al límite y lo haga cuestionar todo lo que conoce.
Mientras más cerca esté de sucumbir al “lado oscuro” más emocionante resultará
de leer, piensa en eso. Pero al final, el héroe superará esta prueba, y eso nos
conducirá a…
El tercer acto que inicia con
nuestra batalla final. El héroe
enfrentará una vez más a su contraparte dándonos el reto de escribir un final
emocionante y satisfactorio para nuestros lectores. Un final en que el héroe regresa a casa (sea un lugar
físico o emocional), se atan los cabos sueltos y observa desde ese lugar quién
es, quién está con él, y si vivirá un felices
por siempre.
Hay muchas más
cosas qué decir sobre esta fórmula y cómo estructurar una historia con ella,
pero eso podría ser el tema de una nueva entrada ¿no?
- Escribir una novela siguiendo una plantilla del género en que trabajas:
Es muy similar
al método anterior, pero hay que considerar las variantes según el género. Yo
solo he usado plantillas para escribir romance por lo tanto les daré un ejemplo
de ella, sin embargo si quieren explorar las posibilidades con un género
distinto pueden dejar un comentario y me aseguraré de investigar al respecto.
En el primer acto se presenta al protagonista, que se siente
incompleto de algún modo. Recuerden que el tema central en el género es una
relación de pareja, así que aunque el protagonista tenga éxito en ciertos
ámbitos debe existir una carencia afectiva que haga creíble la posibilidad de
una situación romántica. Entonces conoce
a la persona que le gusta, los personajes son forzados a pasar algún tiempo
juntos, y se revela un conflicto
entre ellos (intereses opuestos, una pareja anterior, competencia laboral,
familias enfrentadas…)
En el segundo acto los
personajes se encuentran atrapados en una situación que deben enfrentar juntos
dando pie a la tensión sexual dentro
de la historia. Los personajes pueden, o no, sucumbir ante la atracción, pero
los deseos individuales de ambos personajes pueden contrariar el crecimiento de
una posible relación lo que eventualmente lleva a un punto de crisis, en el que generalmente la
relación termina en desastre.
En el tercer acto, que es el clímax de nuestra novela, el
protagonista (según la hoja) debe hacer un sacrificio
o gesto romántico para recuperar a su pareja y conseguir un final feliz.
Y es en ese
último punto donde, a nivel personal, tengo un conflicto con la norma porque si
bien en la vida real hacemos pequeños sacrificios para hacer funcionar una
relación, no todos los sacrificios significan que tendremos un final feliz. Así
como tampoco significa que los sacrificios deban venir solo de un lado de la
pareja. Las relaciones son de dos, y es responsabilidad de ambos hacerlas
funcionar. Yo aconsejo mantener la situación lo más realista posible dentro de
la trama, recordando que aunque escribamos ficción nuestras obras no solo
sirven para entretener sino para educar y, por qué no, también para ayudar a
otros. Usen los zapatos de sus personajes, sientan como ellos, piensen como
ellos… y entonces escriban.
- Olvídate del mapa, sigue la brújula:
Hay personas que
sienten los métodos anteriores demasiado restrictivos y prefieren dejarse
llevar por las ideas que saltan en su cabeza. Este es el método favorito un
montón de autores que conozco, esos que se hacen llamar escritores de brújula.
Sin embargo tiene que haber cierto orden en el caos para que esta forma de
escribir realmente funcione. ¿Cómo vas a dejarte llevar por tus personajes si
no los conoces? ¿Cómo sabrás hacia donde llevar la historia si no sabes dónde
inicia? Por eso es recomendable hacerse ciertas preguntas antes de empezar:
¿Cuál es el incidente que da inicio a tu historia?
¿Qué eventos harán subir las
apuestas?
¿Qué desea tu personaje?
¿A qué le teme?
¿Cómo cambiará el personaje?
¿Qué temas quiero tratar o qué mensajes quiero que se lleve el lector?
Hay muchas otras
cosas a considerar, pero con estas ideas claras tendrás un buen punto de partida.
- Escribir una novela siguiendo el método Copo de Nieve:
Este es un
método bien interesante, y puede resultar muy útil especialmente para aquellos
que están empezando en el oficio de escribir. Se trata de empezar en el punto
más simple, e ir añadiendo una capa de detalle tras otra.
Recuerda que
estamos planeando nuestra novela en este punto, dándole forma a nuestras ideas,
así que tomaremos el hecho más simple de la historia, una simple línea, y
empezaremos a añadir los elementos más importantes sobre ese hecho: personajes,
ambiente, obstáculos que debe enfrentar el protagonista, el antagonista o
villano y los (posibles) desastres que ocurrirán.
Probablemente
esa línea ya se ha convertido en un párrafo, o en una página incluso, y
conforme vayas trabajando cada elemento por separado, y añadiendo nuevas capas
de detalle, tu borrador se irá expandiendo, y expandiendo.
Cuando te des
cuenta tendrás un borrador bastante detallado y todo lo que necesitas para
llevar tu novela desde la escena inicial hasta el último punto sin problemas.
Hay muchísimos
métodos más, pero recuerda que esto no es una formula infalible y menos una
ciencia exacta. Cada escritor irá desarrollando su propia metodología para
hacer las cosas, y el propósito de esta entrada era darte una visión al
respecto basada en mi experiencia personal.
¿Tienes
preguntas sobre alguno de los métodos, quieres saber más de ellos? ¿O acaso
tienes alguna experiencia que quieras compartir? Deja tu opinión en los
comentarios
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